Probamos el nuevo Honda Jazz Híbrido: monovolumen y SUV

Antonio Roncero    @roncero_antonio    13 julio 2020     11 min.
Probamos el nuevo Honda Jazz Híbrido: monovolumen y SUV

Por consumos, agrado de utilización y espacio interior, el nuevo Honda Jazz es un coche ideal para ciudad que no le teme a los viajes por carretera.

Toca ponernos a los mandos del nuevo Honda Jazz, y conocer más a fondo el nuevo monovolumen pequeño de la marca japonesa. Un coche con muchas cualidades para poder ser catalogado como el utilitario ideal a la hora de moverte por ciudad. Pero como vamos a ver, no reduce su radio de acción únicamente a las grandes urbes.

Antes de entrar en materia con las sensaciones de conducción, empezamos repasando la gama y los precios, así como las características más destacadas de esta nueva generación del Honda Jazz.

Versiones Jazz y Crosstar, precio desde 21.900 euros

El nuevo Honda Jazz únicamente está disponible en versión híbrida, con el sistema de propulsión e:HEV que anuncia una potencia de 109 CV. Más adelante entraremos al detalle de cómo funciona en la teoría… y en la práctica.

Este motor se combina con tres versiones de acabado, denominadas Comfort, Elegance y Executive. Existe una versión que se coloca en lo más alto de la gama por precio, con una estética diferente para asemejarlo a un SUV, y que se comercializa con la denominación Honda Crosstar.

Aquí tienes los precios del Honda Jazz:

  • Jazz 1.5 i-MMD Comfort: 21.900 euros
  • Jazz 1.5 i-MMD Elegance: 23.100 euros
  • Jazz 1.5 i-MMD Executive: 24.800 euros
  • Crosstar 1.5 i-MMD: 27.900 euros

Sobre el papel, el precio es algo elevado si buscamos coches del tamaño del Honda Jazz sin filtrar por tipo de propulsión o de carrocería. Pero monovolúmenes ya prácticamente no quedan, y menos en esta categoría, lo que le aporta un plus y una ventaja adicional en cuanto a versatilidad y espacio. Y sin entrar a fondo en lo que incluye cada versión, el equipamiento es muy completo incluso desde la versión básica.

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Sí conviene destacar que en los 1.200 euros que cuesta el Elegance frente al Comfort, te llevas la agradable tapicería mixta en tela y cuero, los sensores de aparcamiento y el sistema Honda Connect, con la pantalla táctil de 9”. Los Elegance ya suponen desembolsar otros 1.700 euros más sobre los Elegance, sumando elementos como la alerta de tráfico cruzado, el sistema de detección de presencia en el ángulo muerto, llave inteligente, navegador y cámara trasera.

En cuanto a la versión Crosstar, su único “problema” es que se comercializa con un equipamiento cerrado, una especie de “tope de gama”. Probablemente muchos usuarios se sentirían atraídos por esta propuesta en una variante con menos equipamiento que rebajase el precio de acceso.

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El Honda Crosstar se diferencia por una parrilla específica, protecciones de carrocería, barras en el techo, una tapicería especial más sufrida (repele el agua) y un equipo de sonido más potente. También tiene más altura libre al suelo y equipa llantas de 16 pulgadas con neumáticos en dimensión 185/60. En el resto de los Jazz, las ruedas de serie son 185/55-15 para el acabado Comfort, y de 16 pulgadas a partir de los Elegance. Es el único que puede pedirse con un acabado de pintura bitono, con el techo en contraste.

El habitáculo del nuevo Honda Jazz

Lo más destacado del nuevo Honda Jazz de puertas hacia adentro es la relación entre tamaño exterior y habitabilidad. Son las ventajas del formato monovolumen de su carrocería, en otros tiempos muy popular en este segmento, pero ahora ya prácticamente sin representación.

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Con apenas 4 metros de longitud y sus 1,53 metros de altura, el Jazz mantiene esa versatilidad que siempre ha caracterizado a este modelo. Sigue ofreciendo buenas cotas en todas las plazas, más incluso que en coches compactos de mayor tamaño, sobre todo en los asientos traseros. Y con mejoras en visibilidad (montantes muy finos, salpicadero muy horizontal) y en ergonomía (muchos huecos prácticos para dejar objetos).

Se mantiene el cómodo sistema que Honda denomina Magic Seats, que permite fácilmente abatir la banqueta de los asientos traseros contra el respaldo, lo que facilita el transporte de objetos altos. La postura al volante ahora es más natural y relajada (se han reposicionado los pedales) y se nota el confort y la eficacia de los nuevos asientos. Destaca la magnífica visibilidad que permite la gran luneta y unos montantes delanteros muy estilizados. Los materiales del salpicadero tienen un tacto y una apariencia más sólida y robusta que lujosa.

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Donde se queda un poco atrás es en capacidad de maletero, al tener que hacer hueco a la batería del sistema híbrido. Son 304 litros, según cifras oficiales, que pueden ampliarse hasta 1.205 abatiendo los asientos traseros. Esta última cifra sí es mayor que las de coches de su tamaño. Bajo el piso hay un hueco que permite almacenar objetos pequeños.

Conectividad y sistemas de asistencia

El Jazz es un coche pequeño en tamaño, pero no se queda atrás cuando se trata de sistemas de asistencia o conectividad. Aquí destacaríamos el nuevo sistema Honda Connect, de serie a partir del segundo nivel de equipamiento. No solo es más rápido e intuitivo desplazarse por los menús y elegir la función deseada, algo que le hacía falta. También añade funciones como un punto Wifi o compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, en este último caso sin necesidad de cable. La pantalla en este caso es de 9 pulgadas, frente a la de 5 de las versiones Comfort. Lo que sí es de serie para todos los Jazz, independientemente del nivel de acabado, es la instrumentación digital con una pantalla de siete pulgadas, con buena resolución y fácil lectura.

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Otra funcionalidad nueva es el sistema de reconocimiento por voz, que en vez de comandos fijos reconoce frases del lenguaje habitual. La aplicación My Honda permite controlar distintas funciones desde el teléfono móvil, como establecer alertas de geolocalización o abrir y cerrar las puertas de forma remota. Y el nuevo Asistente Personal de Honda, que ya hemos visto en el Honda e, proporciona servicios online a través del control por voz utilizando inteligencia artificial. Puedes preguntar, por ejemplo, dónde comer y el tipo de comida, y te sugiere restaurantes cercanos que tengan mesas libres.

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El paquete que Honda denomina Sensing incluye todos los sistemas de seguridad y asistencia a la conducción. No son pocos, destacando el frenado de emergencia con reconocimiento de peatones y de ciclistas, o el programador de velocidad activo. La novedad principal es que, ahora, estos sistemas funcionan mejor gracias a una nueva cámara de vídeo de alta resolución que mejora la capacidad de detección de objetos (e incluso de bordillos o marcas de la carretera) que la anterior combinación de cámara y radar. Una mejora que también se está incorporando a otros modelos de la gama.

Un híbrido con tres motores

El sistema de propulsión del nuevo Honda Jazz es algo más sofisticado que el de los híbridos convencionales no enchufables en esta categoría. Utiliza tres motores, un 1.5 de gasolina con 72 kW (98 CV) y 131 Nm de 4 cilindros que funciona según el ciclo Atkinson, y dos motores eléctricos. El primero de ellos tiene 70 kW y funciona principalmente como generador de electricidad; el segundo, encargado de la propulsión, alcanza los 80 kW (108 CV) y un par máximo de 253.

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El motor de combustión está conectado al motor eléctrico que hace las veces generador; mientras que el motor eléctrico que funciona como propulsor está conectado a las ruedas. Entre ambos, existe un embrague de acoplamiento. La potencia total es de solo 109 CV; como vamos a ver, lo que prima es la eficiencia.

Y es que, efectivamente, el Honda Jazz homologa un consumo combinado en ciclo WLTP de solo 4,5 l/100 km. No hay un coche de gasolina que pueda hacerle frente en este sentido. ¿Cómo lo consigue? Pues funcionando mucho más tiempo que otros coches híbridos en modo eléctrico, gracias a su potente motor y a una extraordinaria capacidad para recargar la batería en marcha. Aaquí entra en juego ese “tercer” motor que otros híbridos no tienen, salvo casos especiales como el nuevo Clio E-TECH.

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Las prestaciones podemos calificarlas de suficientes: de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos, con una velocidad máxima de 175 km/h. Ya te adelantamos que apenas hay diferencias en sensaciones al volante entre el Jazz y el Jazz Crossttar, aunque homologa un consumo de 0,3 l/100 km superior, y necesita medio segundo más en la aceleración de 0 a 100 km/h. Por supuesto, ambos cuentan con las ventajas que otorga la etiqueta ECO de la DGT.

El Honda Jazz en acción

Ya sea al volante del Jazz o del Crosstar, la sensación es de facilidad de conducción y agrado de uso, especialmente en ciudad. Al poner en marcha el coche y circulando por debajo de 40 km/h se activa el modo E Drive, en el que el motor eléctrico propulsor mueve las ruedas utilizando la energía de la batería. Según Honda, en recorridos urbanos, el Jazz puede alcanzar un 85% del tiempo funcionando en modo eléctrico.

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Si la batería tiene poca carga, o si demandas más aceleración, se activa el modo Hybrid Drive. Es el modo que normalmente está operativo circulando a velocidades de entre 40 y 80 km/h. La diferencia con otros coches híbridos es que en el Jazz, el motor de combustión todavía no mueve las ruedas: la gasolina que consume es para mover el motor eléctrico generador, y la electricidad que genera este último va al motor eléctrico propulsor, o a la batería. Pero el Honda Jazz, en modo “híbrido”, sigue impulsado por el motor eléctrico propulsor.

El tercer modo de funcionamiento, denominado Engine Drive, se activa a partir de unos 80 km/h, y es el que entra en juego para circular por carretera. En este caso el motor de gasolina se conecta a las ruedas a través del embrague de acoplamiento, sin necesidad de una caja de cambios; en su lugar se utiliza un engranaje de relación fija. Si es necesario, bajo una fuerte aceleración (por ejemplo en un adelantamiento o al afrontar una pendiente pronunciada), el motor eléctrico propulsor también suma potencia al de combustión. En carretera, el Jazz se mueve alrededor de un 70 por ciento del tiempo impulsado por el motor de combustión, pero en torno a un 13% lo hace en modo eléctrico, y casi un 14% en modo híbrido.

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En la práctica, el funcionamiento del sistema pasa total desapercibido para el conductor, que no tiene que preocuparse nada más que del pedal del acelerador, del freno y del volante; como mucho, puede seleccionar el modo “ECO” en el botón situado en la consola, o jugar con la posición B y D de la palanca de cambios (no hay levas en el volante) para conseguir mayor retención.

La sensación al acelerar fuerte es similar a la de algunos híbridos de Toyota con su transmisión por engranaje planetario, o a la de algunos automáticos con cambio CVT, al aumentar el ruido del motor de forma desproporcionada con la ganancia de velocidad. Gestionando bien el acelerador, no llega a ser demasiado molesto. Sobre todo porque el Jazz invita a una conducción relajada.

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El anterior Jazz era un coche mucho más ágil y dinámico al afrontar una carretera de curvas. Pero el enfoque actual que Honda le ha dado al Jazz me parece más adecuado: confort y eficiencia ante todo, con sensación de seguridad y control. Como uno de los puntos mejorables, aparte del ruido del motor al acelerar a fondo o la ausencia de levas para jugar con distintos niveles de retención del motor, señalaría el tacto de los frenos, al que cuesta coger inicialmente el punto.

En cuanto al consumo, tras una jornada de pruebas por todo tipo de carreteras con ambos coches, alternando el conductor, medimos un consumo medio de 6 l/100 km en el Jazz, y de 6,4 en el Crosstar, sin practicar en ningún caso una conducción especialmente eficiente. Unas cifras muy buenas en ambos casos, que pueden bajar de 5 litros si te mueves solo por ciudad, y que no se disparan aunque en carretera decidas aumentar el ritmo y no hacer uso del modo ECO.

Galería de imágenes Honda Jazz y Crosstar


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