Probamos el nuevo BMW X2, un compacto deportivo que te hará mirar a los SUV con otros ojos

Antonio Roncero    @roncero_antonio    11 marzo 2024     12 min.
Probamos el nuevo BMW X2, un compacto deportivo que te hará mirar a los SUV con otros ojos

La segunda generación del BMW X2 se transforma en un verdadero SUV coupé que llama la atención por su diseño y convence por su tacto deportivo, sin dejar de lado una gran versatilidad para uso diario. Además, ahora también tiene versiones de propulsión eléctrica.

Menudo cambio de tercio se ha marcado BMW con la segunda generación del BMW X2. Un modelo que, ahora sí, encaja a la perfección en la estrategia de la marca en la que las versiones con número par de la familia «X» se corresponden con las variantes coupés de los SUV con letra impar. Y es que, en el modelo anterior, el X2 estaba más cerca de un compacto con aspiraciones de crossover que de un auténtico SUV coupé derivado del X1, como sí lo son el X4 versus X3; o el X6 frente al X5.

Solo hay que ver su silueta. Aunque no podemos dejar de lado un considerable aumento de tamaño. De hecho, el nuevo BMW X2 no solo es 20 centímetros más largo que el modelo de la anterior generación, sino que incluso supera en 5 cm la longitud del X1, aunque es otros tantos centímetros más bajo. También aumentan la anchura y la altura en 2 cm y 6,5 cm, respectivamente. Sus dimensiones ahora: 4,55 metros de longitud, 1,85 metros de anchura y 1,59 metros de altura, prácticamente idénticas a las del Audi Q3 Sportback, uno de sus principales rivales.

Ahora sí el X2 es un SUV coupé… y además práctico para el día a día

Y este aumento en tamaño, lógicamente, tiene dos consecuencias inmediatas: la consiguiente mejora en habitabilidad y en capacidad de maletero frente al anterior X2, que en mi opinión estaba más cerca de ser un compacto con aspiraciones de crossover que un auténtico SUV. Ahora, estética aparte, con sus 560 litros de capacidad de maletero (hasta 115 litros más que antes, incluso unos 20 más que el X1) y unas plazas traseras mucho más aprovechables, el nuevo X2 sigue siendo un buen compañero como coche para el día a día, pero también para viajes largos con pasajeros y equipaje. Y además, encaja con lo que demanda el mercado: SUV, de todos los tipos y de todos los tamaños.

BMW X2

Lógicamente, por efecto de la línea descendente del techo, el acceso a las plazas traseras y la altura disponible en estas no es tan favorable como en el X1, algo que notarán los pasajeros más altos. La lástima es que el X2 no conserve la siempre práctica opción de poder regular la distancia para las piernas en estas plazas deslizando la banqueta, algo que sí puede hacerse en el X1. Y por dejar zanjado el tema de la habitabilidad y el maletero, también hay que tener en cuenta que las versiones con hibridación ligera -el sDrive 20i y el xDrive 20d- pierden unos 45 litros debido a la presencia de la batería, y el volumen para el equipaje se queda en 515 litros, que sigue siendo una cifra muy buena.

Sobre el diseño exterior no voy a extenderme mucho más, pero sí me gustaría resaltar un par de cosas. En primer lugar, el coeficiente aerodinámico: un Cx de solo 0.25 es una cifra muy buena para un coche como este, que en su «transformación» de X1 a X2 no solo adopta una zaga con una clara línea descendente, sino que también el parabrisas está mucho más inclinado.

BMW X2

También me ha llamado mucho la atención el diseño de la zaga, con líneas más angulosas que a la que nos tiene acostumbrados BMW últimamente y que da lugar a debate, sobre todo entre los aficionados a la marca. Yo he de decir que en vivo, la primera impresión también es un tanto «raruna», pero enseguida acaba entrando por los ojos porque consigue lo que se busca, que es transmitir sensación de deportividad. Las llantas pueden ser de hasta 21 pulgadas, hay trece colores de carrocería para elegir (once metalizados) incluyendo un espectacular Dragon Fire Red nuevo, y tanto la rejilla de la llamativa parrilla frontal como el diseño de las tomas de aire cambia en función del acabado, lo que permite identificar las versiones básicas de  los M Sport o M Sport Pro.

La deportividad también va por dentro…

En el interior, el BMW X2 mantiene el diseño del salpicadero del X1, con la espectacular BMW Curved Display con dos pantallas, una de 10,2 pulgadas para la instrumentación y otra de 10,7 pulgadas para el sistema multimedia, y el reposabrazos central flotante que integra un panel con algunos mandos. Pero no faltan los toques deportivos, tanto en la decoración como en el diseño del volante o las posibilidades de elección para los asientos. En general me he sentido muy cómodo en las distintas versiones que he podido conducir durante la primera toma de contacto con la gama X2, tanto por posición al volante como por ergonomía y asientos; eso sí, eran los deportivos, habrá que ver los de las versiones «básicas». Y como no podía ser de otra manera con la referencia del X1, la sensación de calidad, el ajuste y el tacto de todos los mandos es de primera.

BMW X2

Pero si hay una novedad respecto al X1, que el SUV tampoco tardará en equipar y que me ha llamado mucho la atención es la actualización del sistema de visualización y manejo -en otras palabras, el sistema operativo- a la versión que BMW denomina ID9, para sacar todo el partido a la pantalla curva y al asistente personal inteligente. Requiere atención, adaptación y una configuración a tu gusto utilizando la función de atajos Quick Select por la cantidad de funciones y el mundo de posibilidades que abre en cuanto al control de los sistemas a partir de la propia pantalla o a través del reconocimiento de lenguaje natural, si no quieres perderte entre tanto menú.

BMW X2

Pero abre un mundo de posibilidades, como actualizaciones de equipamiento inalámbricas después de la compra, tienda de aplicaciones para instalar app de terceros, llave BMW Digital Key Plus en el teléfono móvil… Pude probar la función «Augmented View», disponible como un complemento opcional para el sistema de navegación, y os aseguro que es una pasada lo fácil que es seguir una ruta gracias a las flechas flotantes que aparecen con anticipación indicando hacia dónde hay que girar.

Los motores del BMW X2: gasolina y diésel, con posibilidad de etiqueta ECO

Los motores del BMW X2 son los mismos que utiliza el X1, aunque para el SUV coupé no se ofrece ni la versión sDrive18i de 136 CV ni las dos variantes híbridas enchufables. Por cierto, que no lo había dicho hasta ahora: el sobreprecio del X2 respecto al X1 no es siempre el mismo, varía ligeramente en función de la versión, pero está en torno a los 1.600-1.800 euros. Todas las versiones llevan el cambio Steptronic de doble embrague, que tiene un funcionamiento magnífico.

BMW X2

Por potencia y precio, el escalón de acceso es el sDrive18d, que rinde 150 CV. Suficiente para un coche que ya pesa lo suyo, pero con los consumos y la suavidad de funcionamiento como mejores virtudes, por encima de las prestaciones. No es que el sDrive20i sea mucho más rápido, pero ya se mueve en registros de aceleración más cercanos a los 8 segundos para alcanzar los 100 km/h con salida parada, mientras que el diésel necesita casi 9. Asistido por el motor eléctrico del sistema MHEV de 48 voltios, el pequeño tricilíndrico resulta muy agradable de conducir y gasta muy poco, aunque al menos a mí no me hace olvidar al fantástico 4 cilindros de gasolina con el que nació el X2 de la anterior generación, y que ahora BMW reserva para modelos más grandes, a partir del Serie 3.

BMW X2

También tiene hibridación ligera la segunda de las alternativas diésel, el xDrive20d. Pero apenas ofrece 13 CV más que el sDrive18d, y se asocia a la tracción total. Creo que a esta versión no le habría ido nada mal irse a los 180-190 CV, para asimilar mejor el aumento de peso que supone la tracción total y distanciarse claramente en prestaciones del sDrive18d. En todos los casos, el tacto al volante del X2 es claramente más ágil que en el X1, con una dirección muy reactiva y unas suspensiones tirando a firmes.

BWM X2 M35i xDrive: el más deportivo

El modelo más caro, más potente y más deportivo de la gama X2 es el M35i xDrive, con el motor 2.0 turbo de gasolina de 300 CV y 400 Nm de par máximo, tracción a las cuatro ruedas, suspensión adaptativa M rebajada 15 mm, diferencial autoblocante mecánico, escape deportivo y llantas de 20 pulgadas de serie. El motor es una evolución del que se utiliza en el M135i xDrive, ahora funcionando según el ciclo Miller y con modificaciones en la admisión, el escape, la distribución y el sistema de engrase. Con una punta limitada electrónicamente a 250 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos utilizando el «Launch Control«. También tiene la denominada función «M Sport Boost», que no es otra cosa que el modo de conducción más deportivo, y que se puede activar manteniendo pulsada la leva izquierda del volante.

BMW X2 M35i xDrive

El equipamiento de serie del M35i xDrive incluye asientos deportivos tapizados en una exclusiva combinación de cuero y Alcantara con costuras de contraste. Exteriormente se distingue por su parrilla, los retrovisores exteriores M y el alerón M y el difusor trasero con cuatro salidas de escape. Opcionalmente se pueden elegir unos asientos deportivos M, llantas de 21 pulgadas y los frenos de alto rendimiento M Compound, con discos perforados de 385 mm y pinzas de cuatro pistones en el eje delantero, y discos de 330 mm en el eje trasero.

Entre los SUV de este tamaño con motores en torno a los 300 CV y un enfoque tan deportivo, la primera alternativa que tendría en cuanta al X2 M35i xDrive sería el CUPRA Formentor VZ, con 310 CV, de tacto tan deportivo como el X2 y mucho más barato. En el otro extremo, un Audi RS Q3 Sportback es más caro, pero también está en otra órbita en cuanto a sensaciones, con su motor de 5 cilindros y sus 400 CV.

También con versiones cien por cien eléctricas: el BMW iX2

Por primera vez, el X2 también cuenta con versiones 100% eléctricas, que siguiendo la nomenclatura de la marca se denominan BMW iX2, y son equivalentes en cuanto a configuración mecánica y batería a las del iX1, aunque en este caso con mayor autonomía al contar el X2 con una aerodinámica y una superficie frontal más favorables a la hora de luchar contra el viento.

El iX2 eDrive20d utiliza un motor de 150 kW (250 CV) y 250 Nm de par máximo en el eje delantero, acelera de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y tiene una velocidad máxima limitada a 170 km/h, con una autonomía WLTP homologada de entre 438 y 478 km. El iX2 xDrive30 utiliza un motor en cada eje para ofrecer una potencia de sistema de 230 kW (313 CV) y un par máximo de 494 km/h, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos, cifra comparable a la del X2 M35i xDrive, aunque la punta se limita aquí a 180 km. La autonomía homologada en este caso es de entre 417 y 449 km. Frente a las versiones con motor de combustión, el maletero se queda en unos buenos 525 litros.

BMW X2

La batería es siempre de 64,8 kWh de capacidad. Puede recargarse en unas 6,5 horas utilizando corriente alterna y con una potencia de 11 kW, o en menos de 4 horas en un cargador trifásico con 22 kW. Con corriente continua admite una potencia de recarga de hasta 130 kW, lo que permite recuperar unos 120 km de autonomía en 10 minutos, o pasar del 10 al 80% en una media hora, en condiciones ideales. Durante la toma de contacto pude conducir brevemente la versión más potente en un tramo de carretera de curvas de buen asfalto. Me pareció un coche con el que se puede disfrutar mucho al volante, aunque requiere conducirlo con especial atención por la inmediatez de respuesta al acelerador y la rapidez de la dirección; sin embargo, para este tipo de conducción me quedo con el M35i xDrive.

Equipamiento y precios del BMW X2

Los precios de la gama BMW X2 para el mercado español parten desde los 45.800 euros de la versión de acceso, y llegan hasta los 72.000 euros del tope de gama, el X2 M35i xDrive. La gama del X2 con motores de combustión queda como sigue:

  • X2 sDrive18d: 45.800 euros
  • X2 xDrive20d: 49.900 euros
  • X2 sDrive 20i: 47.300 euros
  • X2 M35i xDrive: 72.000 euros

En cuanto al BMW iX2, el precio de la versión eDrive20 es de 50.700 euros, y de 58.200 euros para el xDrive30.

Todas las versiones incluyen de serie el volante deportivo forrado en cuero, portón trasero de accionamiento automático, climatizador, control de crucero con función de frenado, sistema de aparcamiento asistido, faros LED, el BMW Curved Display con las dos pantallas y los servicios ConnectedDrive. A partir de aquí, BMW ofrece la posibilidad de ampliar el equipamiento a través de paquetes, como los M Sport y M Sport Pro con un claro acento deportivo; o los paquetes Premium e Innovación, que integran todo tipo de asistentes y ayudas a la conducción.

BMW X2

Sin perder de vista la versión de acceso sDrive18d de 150 CV, sobre todo para los más viajeros, por 1.500 euros más me parece especialmente interesante el sDrive20i de 170 CV, que tiene mejores prestaciones, puede llegar a gastar muy poco y cuenta con la etiqueta ECO. Si quieres diésel y etiqueta ECO ya tiene que ser el xDrive20d, que sube hasta los 49.400 euros porque se asocia a la tracción total. Pero créeme, aunque el 2 litros turbodiésel de BMW sigue siendo de los mejores motores diésel del mercado, el pequeño tricilíndrico de gasolina te sorprenderá.

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