
Probamos el BMW M3 Competition Touring M xDrive: carreras cliente, con maletero
La “M” lo delata. Lleva el gen del motorsport en cada soldadura de su bastidor y en cada nota que sale de su motor de seis cilindros en línea. Tiene alma de coche de carreras, coraje de purasangre y la versatilidad de la carrocería familiar. Pero por encima de todo, es un genuino BMW M: una máquina para pilotar sin concesiones, con una eficacia que abruma y una tecnología sublime. No hay pegas, salvo que cuesta más de ciento treinta mil euros…