Volvo se olvida de la piel de animales en el interior de sus coches

Escuchar a los clientes es siempre garantía de éxito. No quiere decir que hay hacer caso a las opiniones fuera de la empresa siempre, sino valorar lo que dicen y acomodar las decisiones empresariales a lo que demandan quien va a comprar el producto. Por ese motivo, Volvo ha dedicido prescindir de la piel natural para confeccionar la tapicería de sus modelos.

La actual corriente que busca la sostenibilidad y el bienestar animal ha animado a los ejecutivos de la marca a replantear su estrategia de diseño interior. Una de las opciones más populares en las gamas más altas es la tapicería de piel o distintos tipos de cuero. Pero su uso implica una producción industrial de ese material, que proviene de la ganadería.

Tejidos con materiales reciclados

La ausencia de este tipo de material ha hecho que la marca se fije en otros tipos de materiales que eviten el uso de piel natural. Una de las opciones, que ha ganado entre otras, es el uso cada vez mayor de materiales que provienen de otros que han sido reciclados. De esta manera, el interior de los modelos de Volvo se convertirán también en un espacio fabricado de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Uno de esos materiales es el llamado Nórdico. Se trata de un material confeccionado a partir de elementos reciclados como botellas PET, materiales biológicos que llegan desde bosques de Suecia y Finlandia y corcho que proviene de la industria vitinicola. Los próximos modelos de Volvo contarán con este material, que ofrece una imagen muy atractiva y elegante.

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La tapicería no es el único objetivo de esta iniciativa. La compañía quiere que al menos el 25% de los materiales utilizados en los vehículos de la marca provengan de este origen. Y poco a poco, vayan ganando espacio y sean lo más importante del vehículo. Todos los vehículos de Volvo llegarán a tener un impacto medioambiental 0, al igual que las fábricas de la marca.

El plan de Volvo es contar con el 100% de sus modelos totalmente electrificados en el año 2030, así que los cambios serán profundos y no solo afectarán al uso de este material biológico.