Así prueban los Occubots de JLR los asientos de lujo: 25.000 sentadas en 5 días

Óscar Sanz     17 junio 2025     3 min.
Así prueban los Occubots de JLR los asientos de lujo: 25.000 sentadas en 5 días

Los Occubots de JLR son robots diseñados para replicar una década de uso real en los asientos de sus vehículos de lujo. Simulan movimientos humanos, aplican presión y trabajan 24/7 para asegurar el máximo confort

En un rincón aparentemente tranquilo de la campiña británica, concretamente en el centro de pruebas de JLR en Gaydon, un grupo de robots trabaja sin descanso para… sentarse. Sí, lo has leído bien. No construyen, no ensamblan, no destruyen. Se sientan. Miles de veces al día. ¿El motivo? Garantizar que tu trasero viva la experiencia de lujo que merece al subirse a un Range Rover, un Defender o cualquier otro vehículo de la casa.

Bienvenidos al fascinante mundo de los Occubots KUKA, una cuadrilla robótica cuyo único propósito es replicar, con una precisión escalofriante, los movimientos de sentarse, girar, deslizarse y moverse en un asiento de coche. Suena aburrido, ¿verdad? Pues lo hacen con una fuerza de hasta 800 Newtons (más de 80 kg) de presión repetida 25.000 veces en apenas cinco días. Si tu sofá pasara por esto, acabaría llorando espuma por las costuras.

Jlr Seat Testing 3

Los Occubots no solo se dedican al noble arte de posarse. También prueban asientos calefactados como si fueran entusiastas de los climas polares. Simulan 20.000 ciclos de uso en 25 días, con movimientos que imitan a personas de distintos tamaños y pesos deslizándose y girando con fuerza. ¿Resultado? Si tu Range Rover tiene asientos térmicos, puedes confiar en que seguirán calentándote el trasero como el primer día… incluso después de una década de cafés derramados, niños inquietos y suegros demasiado entusiastas.

Y no hablamos de una locura, cada robot está plagado de sensores que monitorizan hasta el último Newton de fuerza cientos de veces por segundo. Una cámara externa vigila desde lo alto, fotografiando cada movimiento y reportando errores 24/7. Orwell estaría orgulloso.

¿Por qué tanto drama?

Porque el confort ya no se percibe como un extra, es la nueva religión del lujo automotriz. Una encuesta reciente de JLR a más de 2.000 compradores de SUV premium confirma que lo primero que valoran no es el motor, ni el diseño, ni siquiera los acabados, es cómo se sienten al sentarse. Literalmente. Y JLR lo ha entendido tan bien que ha convertido el simple acto de sentarse en una ciencia exacta… con robots como sacerdotes.

Thomas Mueller, Director Ejecutivo de Ingeniería de Producto, lo dice sin rubor: “La primera experiencia que disfrutan nuestros clientes es acomodarse en el asiento. Es un momento decisivo”. Traducido: si tu trasero no se siente en el paraíso en los primeros tres segundos, pierden una venta.

Jlr Seat Testing 2 (2)

El lujo se prueba con dureza

Este ejército robótico de sentadas forma parte de Reimagine, la ambiciosa estrategia de 18.000 millones de libras que JLR ha puesto en marcha para redefinir el lujo automotriz del futuro. Gaydon es su cuartel general, una especie de Disneylandia para ingenieros, con cámaras de frío, túneles de viento, simuladores de vehículos y hasta 52 km de pista de pruebas que incluyen todo tipo de torturas mecánicas dignas de Mad Max.

Pero entre tanto ruido de motores, lo que más llama la atención es este ballet silencioso de robots que se sientan con una constancia perturbadora. Y es que, en el mundo del lujo moderno, el confort no se negocia. Se programa, se fuerza y se mide al milímetro.

Así que ya lo sabes: la próxima vez que te sientes en un Jaguar o un Range Rover y sientas que es “más cómodo que el sofá de casa”, probablemente lo sea. Porque alguien —mejor dicho, algo— ha estado entrenando incansablemente para que así lo percibas.

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