Lamborghini abre las puertas de su showroom más lujoso en Marbella

Si hay un lugar en España que pueda estar a la altura del exceso refinado y la potencia sin complejos de Lamborghini, ese lugar es Puerto Banús. Y es allí, entre yates obscenos, relojes y champán, donde la marca de Sant’Agata Bolognese ha levantado su nuevo templo: Lamborghini Marbella, el tercer concesionario oficial de la firma en España.

270 metros cuadrados repartidos en dos plantas, con cristaleras que gritan “mírame” más que el capó trasero de un Revuelto. Desde la calle ya puedes ver joyas como el Urus SE (el SUV más rápido, arrogante y seductor del mercado), el Revuelto (la criatura mitad bestia, mitad electricidad que redefine el concepto de superdeportivo híbrido), y la última locura de Sant’Agata: el Temerario, un “fuoriclasse” que huele a pista y a desobediencia elegante.

Una noche en el paraíso

La inauguración fue tan cinematográfica como cabía esperar. No faltó Stephan Winkelmann —el mandamás del toro— ni Federico Foschini, jefe supremo de marketing, que se dejaron ver entre copas, flashes y palmas por bulerías. La guinda la puso el Tecnomar for Lamborghini 63, ese yate que básicamente es un Sián con propulsión marina. Porque claro, si puedes tener un Lambo en tierra… ¿por qué no también en el agua?

Y como esto es Marbella, no bastaba con canapés y música, hubo drones iluminando el cielo con el logotipo de la marca, danza contemporánea, un DJ que entendía el pulso de la noche y —detalle de genio— un espectáculo de flamenco que casaba sorprendentemente bien con los V12 italianos.

Más que un concesionario: un escaparate del futuro

Pero ojo, que no todo es fiesta. Lamborghini Marbella llega en un momento crucial para la marca. Atrás quedaron los años del puro motor atmosférico sin filtro: la electrificación está aquí, y Lamborghini ha decidido no arrastrar los pies. Lo ha hecho corriendo. Literalmente.

El Revuelto no es solo el primer superdeportivo HPEV (High Performance Electrified Vehicle) de la casa: es una bestia que clava 1.015 CV combinando un V12 con tres motores eléctricos. Menos emisiones, sí. Pero más prestaciones, también.

Y todo esto, ahora, puedes configurarlo a medida en Puerto Banús, gracias al programa Ad Personam, el sastre personal de los millonarios con buen gusto (o con mucho atrevimiento, que al final es lo mismo).

Este nuevo concesionario no solo refuerza la presencia de Lamborghini en España —tras Madrid y Barcelona—, sino que coloca un banderín de diseño, potencia e ingeniería italiana en el corazón del lujo andaluz. Con un taller de 730 metros cuadrados, atención ultra personalizada y el respaldo de un equipo que sabe lo que tiene entre manos, Lamborghini Marbella se postula como el nuevo lugar de peregrinaje para los entusiastas del motor que también saben disfrutar de una buena puesta de sol con 1.000 caballos rugiendo de fondo.